miércoles, 31 de diciembre de 2014

El canto del cuco (The Cuckoo's Calling) -Robert Galbraith-



Como ya saben, en una actualización anterior borré accidentalmente dos o tres actualizaciones de Ravenclaw con datos curiosos. Por San Valentín, mi hermana (no es lamini, es mi otra hermana) tenía un intercambio en su clase de la uni, y le tocó regalar un libro, así que fuimos a las librerías que estaban abiertas a esa hora. Buscábamos "Bajo la misma estrella" de John Green (libro depresivo al final, según me cuentan), que obviamente estaba agotado dondequiera por la inminente salida de la película basada en el libro.

No la encontramos y le compró uno de Haruki Murakami (no recuerdo cual, pero fue uno pequeño). Entonces, mientras revisábamos otras opciones, vi el nombre de Robert Galbraith y le dije -¡Este es el libro de la Rowling!-. Bajo la mirada acusadora de la encargada de la tienda, mi hermana me pregunta que si lo quiero, y le digo que probablemente está carísimo, porque es importado y es de Rowling, pero insistió, y lo compró.

Ayer lo terminé de leer y no me decepcionó. Igual, la encargada de la tienda nos miró con otros ojos cuando fuimos al mostrador a que nos checara el precio, y leyó en letras grandes "...Robert Galbraith, el seudónimo de la escritora J.K. Rowling (Harry Potter, Una Vacante Imprevista)".
Está de más poner el paréntesis. Para estos momentos Rowling figura ya entre las listas de autores tan famosos como Shakespeare, Alexandre Dumas, y otros clásicos. Lo mejor es que en la portada y el lomo no figura su nombre, sino su seudónimo, en letras muy grandes.

La historia es muy buena, y nos adentra brevemente en la vida de Cormoran Strike, detective privado, héroe de guerra al que le han amputado una pierna, hijo de un famoso artista y de una grupi (groupie, o sea, de esas fans a muerte de las bandas de rock, que los siguen a dondequiera que vayan). También nos presenta a Robin Ellacott, su nueva secretaria personal, quien se acaba de prometer a Matt, un contador (me agrada por ello).

En esta primer aventura nos adentra al misterioso suicidio de la modelo Lula Landry, cuyo caso fue cerrado bajo las órdenes de un irascible y nada profesional agente de policía, que dejó sin investigar ciertos detalles que se van revelando conforme se desarrolla la historia.

Cormoran tendrá la tarea de ventilar el pasado de Lula, a quien de cariño su amigo diseñador llamaba Cuckoo, de donde creo que viene el título de la historia, y donde nos da la pista principal sobre la resolución del caso, pero no adelantemos tanto. Sin embargo, me molesta que se haya traducido de esa manera, pues en la edición original ya es confuso por las múltiples interpretaciones que podían darse: The cuckoo's calling puede interpretarse como "El canto del cuco", pero también como "La llamada del cuco", o "La llamada de Cuco". Por la mitad del libro se nos da a entender que el sobrenombre nació de que a Lula la llamaban "Looly", "Looney" y de allí "Cuckoo", la última es la única que se tradujo al español, y "Cuckoo" es como también se llama coloquialmente a quienes están locos. Una llamada de Cuco es una de las tantas pistas que se van descubriendo a lo largo de la historia, así que es obvio que no hay manera de que "El canto del cuco" sea la traducción apropiada para el título de la historia. De cualquier forma también da una vaga idea de un reloj que sigue dando vueltas a sus manecillas y al que a cada hora se avisa con un canto inconfundible de cuco.

Volviendo a la historia, Cormoran nos revela partes de su pasado, a la vez que Robin, quien al principio llevaba el caracter principal, pues se iba describiendo su trayecto, su compromiso con Matt, y su travesía rumbo al edificio en que trabajaba Cormoran, después se revela como uno de los personajes principales en la historia, pues se convierte en una amiga y confidente para Cormoran, y admite que una de sus obsesiones en la infancia era convertirse en detective.

Esta historia es el comienzo de las aventuras de Cormoran Strike, y a mi gusto es una buena lectura para una tarde lluviosa. La revelación al final es sorprendente. Yo mismo esperaba que dos distintos personajes fueran el culpable, y terminé siendo sorprendido (aunque debía saber que ninguno de ellos era, pues se nos da un guiño en la historia hacia que Cormoran lo había descubierto desde el principio, y esto justo a la mitad del libro!).

Intrigante, y llena de suspenso, pero este suspenso no llega sino hasta después de que ya estamos pensando en que está a punto de descubrir al culpable.

Eso sí, es una novela dedicada al público adulto, pues contiene lenguaje que se puede considerar ofensivo.

Ahora estoy esperando la nueva entrega, que promete aún más misterios para Cormoran y Robin, bajo el título de The Silkworm (el gusano de seda, que probablemente se refiera al misterio en turno y nos de la primera pista sobre el culpable de turno).

En futuras entregas les contaré de quienes imagino como los personajes de la historia, algo así como un dreamcast, para ver sus sugerencias.

¿Ya leyeron el libro?¿Lo leerán?¿Qué les parece esta nueva faceta de JK?

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Los Dursley: una familia muy normal, afortunadamente



Es de todos sabido que los Dursley aceptaron de mala gana a Harry, después de los acontecimientos que culminaron con la muerte de los Potter y el debilitamiento de Voldemort, pero ¿realmente odiaban tanto a Harry?

Recordemos que, al principio, Petunia recibió a Harry junto con una carta de Dumbledore. Pero no debemos olvidar un detalle importante: Lily y Petunia eran muy unidas de pequeñas, pero se distanciaron poco a poco a raíz de la revelación de la magia latente en Lily. Es claro que, por mínimo que fuera, existía un poco de afecto para con Harry, que tenía los ojos de Lily, y por ello (junto con las razones que Dumbledore explicaba en su carta) no podía dejar desprotegido a Harry.

Conforme se introduce la infancia de Harry, por medio de breves oraciones en que explica las extrañas circunstancias que le rodeaban, nos enteramos de lo estrictos que llegaban a ser los Dursley.

Pero sólo se nos queda la idea de que odiaban el hecho de que Harry tuviera magia en su persona. ¿No es una característica típica de las familias "normales" muggle la predicibilidad? Harry y sus manifestaciones aleatorias de magia eran algo que no se podía predecir, y los Dursley odiaban llamar la atención de los demás. ¿Qué dirían los vecinos si de pronto veían flotar al sobrino huérfano de los Dursley? Sería vergonzoso, y tendrían que mudarse.

Además Petunia era una mujer interesada en escuchar los sucesos de los vecinos, estirando el cuello sobre la cerca para oir mejor y hasta captar un poco de lo que pasaba en el otro patio. Para una persona así es amargo probar un poco de su propia medicina.

Vernon Dursley es a quien correspondía la autoridad en la familia y, por tanto, era el encargado de proporcionar los castigos a Harry. Es obvio para el momento en que Hagrid aparece en escena que el propio Vernon está enterado de las circunstancias de los Potter.


También debemos recordar que tanto Vernon como Petunia sufrían las presiones de la sociedad: Marge Dursley, los socios y clientes de Vernon, los amigos (y las madres de los amigos) de Dudley. Una abominación mágica como Harry sería motivo de ruina para la familia. No defiendo sus métodos, pero entiendo sus razones.

El momento en que Dobby arruina la visita a los Dursley indica que Vernon perdió un cliente importante. Una ofensa de ese tamaño y la ira que le causó dan como consecuencia la adición de rejas a las ventanas y seguros a las puertas. Harry es castigado por causar un daño a las relaciones sociales de los Dursley.

¿Por qué le concedieron a Harry una habitación? miedo de que los estuvieran vigilando, y probablemente el contenido de las cartas de Dumbledore, quien posiblemente daba seguimiento al crecimiento de Harry.

Después del Torneo, Harry tenía horribles pesadillas que incluían a Cedric muriendo a manos de Voldemort. Dudley sabía. Ponía atención a lo que sucedía con su primo, aunque sólo fuera para molestarlo.

El incidente de Dudley con el dementor no sólo dejó claro que Harry era poderoso, sino que no podían controlarlo. Ya no era un niño, y Dudley ahora sabía que su primo no era peligroso, pues era capaz de defenderlo aunque jamás hubieran tenido un solo momento de cordialidad.

Los Dursley sabían que no podían defenderse contra los magos, y aún cuando seguían rechazando la idea de que Harry se convirtiera en un mago, continuaban con su obligación de recibirlo en la estación, y alojarlo en casa. Petunia sabía que de no hacerlo, Harry estaría en peligro. No conocemos el contenido exacto de la carta de Dumbledore. Lily seguía siendo una persona importante para Petunia.

Harry no careció de presentes de los Dursley en las navidades en Hogwarts, aún cuando sólo fueran calcetines viejos de Vernon, y Lily recibía jarrones horribles de parte de Petunia (probablemente lo "horrible" se relacionaba con el hecho de que eran simples o muy muggles). Petunia no odiaba a su hermana, Vernon por otro lado se mostraba nervioso ante la presencia de James (quien era un bromista nato, heredero de una fortuna enorme, y podía darse el lujo de contar con un empleo mal pagado), quien era lo opuesto al "normal" Vernon, lo que provocaba discusiones y peleas en cada reunión.


¿Odiaban a Harry? No lo creo. Sólo les sobraba orgullo. De haber dialogado un poco más, Harry hubiera disfrutado un poco su estancia con los Dursley, aún sabiendo que sus habilidades los incomodaba, y que su presencia era un recordatorio de lo horrible que puede llegar a ser la magia contra una persona.

Deseaban para Harry una vida normal. Tal vez estar en una escuela normal, de uniforme gris, profesores estrictos y alumnos abusivos le forjaría el caracter y lo haría un miembro activo de la sociedad. Tal vez de esa manera evitarían los peligros de un mundo lleno de magia que amenazaba con arrebatarle la vida tal como lo hizo con sus padres.

Los Dursley eran su única familia, y Harry era lo que quedó de Lily, la hermanita de Tuney.

¿Dudley tendrá magos en su familia? probablemente. Y estará preparado para ayudar a su familia a aceptarlo, porque no serán un desperdicio de espacio, simplemente serán diferentes.


miércoles, 17 de diciembre de 2014

Escribiendo el Hazlo Tú Mismo

Esto es algo que he estado tratando de poner en el club desde hace buen tiempo, pero no recordaba hacer un huequito hasta hoy que, viendo las fotos de números anteriores, vi algunas que no utilicé. Además, una vez que se tuvo que entrevistar de emergencia a un miembro del equipo, me correspondió contestar algunas preguntas que se relacionaban con esto mismo.

Lo primero fue entrar a la revista, luego de hacer las pruebas necesarias. Como dato curioso, la primera vez que lo intenté fue como corrector, pero como verán algunas veces me fallan o la acentuación o la gramática, porque lo del español neutro ya es un poco más natural.

Para cuando entré a la revista, los estándares ya estaban puestos, porque Sarhaliene, quien se encargaba de la sección (y puedes encontrarla en Joven Juglar o el Scriptorio), ya había dejado una sección conformada y sólida.

Y aunque no lo crean, mi primer manualidad con El Quisquilloso no fue como redactor sino como usuario de HL, en la sección de Lo hicieron ellos mismos. Probablemente la vieron, pues era un Rasca y Gana como los que venden en los quioscos de revistas, y le otorgaron página y media.


Para escribir un proyecto para el Hazlo, primero busco inspiración: un personaje, una escena, un fragmento de libro, mercancía oficial de las películas, o un material o técnica de manualidades que pueda usarse para dar vida a otros objetos del universo de Harry Potter. Lo importante es no repetir lo que ya se hizo en números anteriores. En la oficina tengo una lista de proyectos futuros, para no romperme la cabeza en buscar inspiración. En casa tengo una lista alterna de técnicas de manualidades a la que recurro en emergencias.

Después, si es posible, reviso las conversaciones en la oficina para relacionar la manualidad con el tema del número. Entonces reviso la lista y veo si alguno de los proyectos entra o se puede modificar para que se relacione. Lo siguiente es checar si cuento con los materiales necesarios. Si no los tengo, veo si los puedo sustituir por otros que tengo a la mano. Si no cuento con el material necesario, toda la manualidad se rechaza y se queda en la lista, y la sustituyo por otra. Un muñeco Dobby está en lista de espera desde el 2012.

Antes de comenzar las fotografías, hago un intructivo breve, sin detalles, y veo cuantos pasos lleva la manualidad. Una de las reglas es que deben ser entre 8 y 10 pasos, así que algunas veces en un solo paso incluyo más de un proceso para que pueda caber en la revista.

Después de que tengo listo el instructivo previo, monto el espacio en el que realizaré las fotografías. Normalmente monto el espacio al lado de la ventana de mi habitación, dándome la ventaja de que la iluminación me garantiza fotos más claras. Por eso procuro hacerlas en el día, siempre que no esté nublado o siempre que la luz sea lo suficientemente blanca para no afectar las fotografías. Para algunos números no fue posible tener suficiente luz o un espacio cerca de la ventana. En esos casos las fotografías tuvieron un aspecto borroso o un contraste muy marcado con los rojos y naranjas.


A partir de mi segundo número oficial, el fondo de mis fotografías consta de un trozo de tela de algodón color crema (crudo), fijado en la pared, y cubriendo el espacio de trabajo. Esto aporta a la luminosidad de las fotos. Para el número especial, en que hice marionetas/títeres de guante, el fondo fue de fieltro color negro.


Generalmente la primer foto que hago es la de los materiales. Si prestan atención, el arreglo es diferente en cada número, y al ser la primera foto, algunas veces quedan sin fotografiarse algunos materiales que menciono o utilizo durante la elaboración.

Después realizo las fotos del proceso. Reviso que las primeras fotos hayan quedado bien enfocadas e iluminadas, abriéndolas en la computadora/ordenador. Continúo hasta terminar el proyecto, haciendo hasta diez fotos de cada paso. Al terminar, transfiero las fotos a la computadora y elijo las mejores fotos, según lo requiera el proceso, pues puedo elegir la mejor iluminada, la mejor enfocada o la que mejor refleje el proceso indistintamente del enfoque e iluminación.
   

    



Una vez que tengo las fotos, las subo a un álbum en la nube (photobucket) para asegurarme de que el maquetador pueda tener acceso a ellas fácilmente. Después, a partir del instructivo previo, redacto el instructivo final haciendo cambios de último momento, observaciones y trucos que recomiendo a partir de la ejecución durante la sesión de fotos, para facilitar la elaboración o dar acabados.

¿Por qué redacto después de tomar las fotos? porque necesito tener claro si será posible para la mayoría de los usuarios el replicar las manualidades de la revista. Por ejemplo, para el número de Halloween haría una calabaza de fieltro emulando a las que decoran el Gran Salón, pero a medida que avanzaba en el proceso me di cuenta de que era muy complicado replicarla en algunos pasos esenciales, por lo que la descarté. Sin embargo puede observarse como elemento de ambientación al final.

El resto del proceso del Hazlo Tú Mismo es bien sencillo: pego las fotos en el documento del instructivo, lo subo a que se revise, y un corrector hace los cambios necesarios, desde formato, notas, ortografía, gramática y a veces hasta estilo. El maquetador lo traduce todo a un formato bonito. Un corrector que todo esté en orden y da el Visto Bueno para que se publique.

Al final, el proceso es sencillísimo: decidir qué manualidad hacer, reunir los materiales, encontrar un espacio para elaborarlo (y hacerle fotos, si se necesita), y si se quiere compartir con los demás, convertir en instrucciones cada acción que hicimos para elaborar nuestra manualidad.

¿Haces manualidades? ¿Qué proceso sigues?

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Por el bien mayor. Dumbledore



Dumbledore era sin duda un mago grande, y tenía bajo su manga una gran lista de títulos ganados por puro talento, pero también una lista igual de larga de crímenes, cometidos o ideados, que probablemente ya olvidamos.

Desde antes de convertirse en el director de Hogwarts, Dumbledore ya estaba buscando el poder, y parafraseando, aceptaba que era peligroso otorgárselo.

Grindelwald, más ambicioso y sin ataduras psicológicas o familiares (la muerte de Arianna, y el bienestar de Aberforth), alimenta en Albus el ansia de poder.


Al leer las últimas entregas de la historia de Harry Potter, nos enteramos de la vida de Dumbledore, pero también ligamos otras historias que, unidas, nos llevan a descubrir una faceta más: la del cruel jugador de ajedrez.

Y eso es precisamente lo que Dumbledore es, un jugador de ajedrez, que utiliza a las personas como piezas en un complejo tablero, en el que sutilmente dirige a las demás personas para llegar al fin que él mismo desea: El bien mayor.

El contratar a Sybill Trelawney como profesora de Adivinación es uno de sus actos más desconcertantes, si consideramos que el propio Albus estaba considerando eliminar la asignatura de la curricula, pero eso también significaba que, después de una feliz coincidencia, tendría su propio oráculo a su disposición.

Severus Snape le serviría de espía doble, por su infatuación por Lily Potter, quien estaba por morir para cumplir la profecía de Trelawney. Dumbledore jamás consideró seriamente la protección de los Potter, pues permitió que Pettigrew fungiera como protector del secreto, lo que llevó a la muerte de los Potter a manos de Voldemort.

Después, al descubrir la traición, Sirius Black sigue a Pettigrew para vengarse, lo que resulta en el arresto de Black y el encierro en Azkaban. Dumbledore, quien se jacta de ser una persona que da segundas oportunidades, deja que Black continúe encerrado, mientras que hace lo posible por que Severus esté libre. Y cabe recordar que Albus estaba enterado del arreglo de los Potter y Black para que Pettigrew fuera el guardián.
  

   
Imagen: remusjohnslupin.tumblr.com

Mientras tanto, en la residencia Dursley, Harry Potter sufría abuso, y vivía en condiciones precarias, sin saber las condiciones en que murieron sus padres, y sufriendo el acoso de sus compañeros en la escuela. Una profecía justificaba para Albus el dejar a un pequeño niño con una familia que lo trataba como un estorbo del que no se podían deshacer. Recordemos que la propia Minerva McGonagall le preguntaba si creía que era correcto dejarlo con los Dursley.

Al llegar a la edad de entrar a Hogwarts, además permite que Harry se enfrente a los desafíos para conseguir la piedra filosofal, enfrentarse a la bestia que habitaba en la cámara de los secretos, viajar en el tiempo con el riesgo de alterarlo, participar en el Torneo de los Tres Magos con una edad inferior a la mínima, enfrentarse a Voldemort y a un grupo de mortífagos al lado de un grupo de estudiantes tan inexpertos como él mismo a la vez que sacrificaba la vida de Black, enfrentar a un Draco Malfoy asustado y afectado emocionalmente con hechizos experimentales que estabn escritos en un libro extraño, y por último, dejarlo morir, esperando que con ello se terminara el reinado de maldad de Voldemort.

Dumbledore estaba dispuesto a sacrificar las vidas que fueran necesarias con tal de lograr su objetivo, y el nuevo párrafo que ha salido a la luz nos ha demostrado esto mismo: Albus no era el mago bonachón y un poco loco que nosotros creíamos. Albus Dumbledore temía a la muerte.

Y por eso, Albus Dumbledore no pudo convertirse en el amo de las Reliquias.


Podría decirse que era un hombre con muchas máscaras, lleno de secretos y mentiras (si, Rita Skeeter solía ser una periodista seria, por lo que llega a ser acertada muchas veces), al que creíamos conocer, y realmente no llegamos a conocer completamente. Es un hombre que debe demasiadas explicaciones, y que seguramente no daría ninguna.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El otro ejército: Mortífagos y Carroñeros.


Voldemort era conocido por no confiar en otros para tareas muy importantes, pero era obvio que alguien tenía que hacer el trabajo sucio, y por eso desde su juventud fue afiliando a numerosos adeptos para esa misión.

En sus inicios, el grupo era conocido como los Caballeros de Walpurgis, en honor a la Noche de las Walpurgis, la cual se localiza en el calendario como el 30 de abril, en el punto opuesto a Halloween, y a la que se atribuye un aumento en la capacidad de producir hechizos y conjuros de magia oscura. Posiblemente operaba bajo la forma de un club, y sus operaciones fueron la base del futuro grupo de mortífagos.

Desde antes de conformar el grupo de mortífagos, los miembros antiguos de los Caballeros de Walpurgis ya realizaban tareas para Riddle, algunas de las cuales eran descubiertas pero no eran ligadas al grupo ni a Voldemort.

Los mortífagos se complacen en saber que entre sus filas no hay rastros de sangre muggle, con la excepción de Snape, y en su mayoría provienen de la Casa de Slytherin.

Este grupo se considera a sí mismo como el de los amigos de Voldemort, aunque no es posible que éste los considerara como tales, pues no confiaba ciegamente en la gran mayoría de estos, aunque existieran quienes fueron leales aún despues de la primer caída del Señor Tenebroso.

Cada uno de ellos lleva una marca en su brazo a modo de tatuaje, que sirve como forma de comunicación, la cual produce una sensación de quemadura cada vez que Voldemort los convoca presionando en una de ellas su varita, pues todas las marcas están conectadas entre sí.

Adicionalmente se les caracteriza por usar una máscara con forma de calavera, además de vestir completamente de negro. El uso de las máscaras es desechado o deja de ser mencionado tras el regreso de Voldemort, en un movimiento que demuestra la seguridad que tenía Voldemort de ganar la guerra, pues ahora es evidente durante la batalla de Hogwarts que ninguno de los mortífagos oculta su identidad.

Durante las dos guerras mágicas que luchó Voldemort, el límite de edad de admisión al grupo se nota reducido pues Draco Malfoy es incluído a temprana edad.

La marca tenebrosa, símbolo característico del grupo, es hecho aparecer en sitios en los que los mortífagos o el mismo Voldemort han realizado actos oscuros, o están por ocurrir, normalmente en casos de homicidio. El maleficio utilizado para convocar la marca tenebrosa es Mosmordre.


Después de la toma del Ministerio de Magia por parte de los mortífagos, y de la instalación de la Comisión de Registro de Hijos de Muggles, nace un nuevo grupo de aliados del grupo: los carroñeros.

La principal función de los carroñeros era el desahogo de tareas para las que los mortífagos desperdiciarían sus habilidades, tales como el rastreo de fugitivos (nacidos muggle y traidores a la sangre), y el acorralamiento y captura de quienes violaran el tabú al mencionar el nombre de Lord Voldemort.

Los carroñeros no portaban la marca tenebrosa, y se componían de distintos grupos repudiados por la mayoría de la población mágica.

Es obvio después de que Harry, Hermione y Ron son capturados que, en cierto momento, los carroñeros adquirieron poderes concedidos por el Ministerio de Magia, y por parte de los mortífagos, pues se menciona una lista, en la que revisan que los nombres de los prisioneros coincidan con los que están buscando, información que sólo sería exclusiva de los mortífagos.

Al final de la guerra se puede suponer que, al igual que en la primera ocasión, se realizaron juicios a los mortífagos, y que Draco Malfoy salió bien librado de ellos, tal vez bajo la premisa de haberse cambiado de bando durante el transcurso de la batalla, o por intercesión de Harry Potter, aunque también pudo aportar información que llevara a la captura de otros mortífagos.

En palabras de Dumbledore, los Mortífagos era una mezcla de débiles, cobardes, hambrientos de poder y otros más ansiosos por ejecutar crueles formas de magia, quienes veían en Voldemort una especie de líder que haría posible realizar sus más oscuros sueños.