miércoles, 17 de diciembre de 2014

Escribiendo el Hazlo Tú Mismo

Esto es algo que he estado tratando de poner en el club desde hace buen tiempo, pero no recordaba hacer un huequito hasta hoy que, viendo las fotos de números anteriores, vi algunas que no utilicé. Además, una vez que se tuvo que entrevistar de emergencia a un miembro del equipo, me correspondió contestar algunas preguntas que se relacionaban con esto mismo.

Lo primero fue entrar a la revista, luego de hacer las pruebas necesarias. Como dato curioso, la primera vez que lo intenté fue como corrector, pero como verán algunas veces me fallan o la acentuación o la gramática, porque lo del español neutro ya es un poco más natural.

Para cuando entré a la revista, los estándares ya estaban puestos, porque Sarhaliene, quien se encargaba de la sección (y puedes encontrarla en Joven Juglar o el Scriptorio), ya había dejado una sección conformada y sólida.

Y aunque no lo crean, mi primer manualidad con El Quisquilloso no fue como redactor sino como usuario de HL, en la sección de Lo hicieron ellos mismos. Probablemente la vieron, pues era un Rasca y Gana como los que venden en los quioscos de revistas, y le otorgaron página y media.


Para escribir un proyecto para el Hazlo, primero busco inspiración: un personaje, una escena, un fragmento de libro, mercancía oficial de las películas, o un material o técnica de manualidades que pueda usarse para dar vida a otros objetos del universo de Harry Potter. Lo importante es no repetir lo que ya se hizo en números anteriores. En la oficina tengo una lista de proyectos futuros, para no romperme la cabeza en buscar inspiración. En casa tengo una lista alterna de técnicas de manualidades a la que recurro en emergencias.

Después, si es posible, reviso las conversaciones en la oficina para relacionar la manualidad con el tema del número. Entonces reviso la lista y veo si alguno de los proyectos entra o se puede modificar para que se relacione. Lo siguiente es checar si cuento con los materiales necesarios. Si no los tengo, veo si los puedo sustituir por otros que tengo a la mano. Si no cuento con el material necesario, toda la manualidad se rechaza y se queda en la lista, y la sustituyo por otra. Un muñeco Dobby está en lista de espera desde el 2012.

Antes de comenzar las fotografías, hago un intructivo breve, sin detalles, y veo cuantos pasos lleva la manualidad. Una de las reglas es que deben ser entre 8 y 10 pasos, así que algunas veces en un solo paso incluyo más de un proceso para que pueda caber en la revista.

Después de que tengo listo el instructivo previo, monto el espacio en el que realizaré las fotografías. Normalmente monto el espacio al lado de la ventana de mi habitación, dándome la ventaja de que la iluminación me garantiza fotos más claras. Por eso procuro hacerlas en el día, siempre que no esté nublado o siempre que la luz sea lo suficientemente blanca para no afectar las fotografías. Para algunos números no fue posible tener suficiente luz o un espacio cerca de la ventana. En esos casos las fotografías tuvieron un aspecto borroso o un contraste muy marcado con los rojos y naranjas.


A partir de mi segundo número oficial, el fondo de mis fotografías consta de un trozo de tela de algodón color crema (crudo), fijado en la pared, y cubriendo el espacio de trabajo. Esto aporta a la luminosidad de las fotos. Para el número especial, en que hice marionetas/títeres de guante, el fondo fue de fieltro color negro.


Generalmente la primer foto que hago es la de los materiales. Si prestan atención, el arreglo es diferente en cada número, y al ser la primera foto, algunas veces quedan sin fotografiarse algunos materiales que menciono o utilizo durante la elaboración.

Después realizo las fotos del proceso. Reviso que las primeras fotos hayan quedado bien enfocadas e iluminadas, abriéndolas en la computadora/ordenador. Continúo hasta terminar el proyecto, haciendo hasta diez fotos de cada paso. Al terminar, transfiero las fotos a la computadora y elijo las mejores fotos, según lo requiera el proceso, pues puedo elegir la mejor iluminada, la mejor enfocada o la que mejor refleje el proceso indistintamente del enfoque e iluminación.
   

    



Una vez que tengo las fotos, las subo a un álbum en la nube (photobucket) para asegurarme de que el maquetador pueda tener acceso a ellas fácilmente. Después, a partir del instructivo previo, redacto el instructivo final haciendo cambios de último momento, observaciones y trucos que recomiendo a partir de la ejecución durante la sesión de fotos, para facilitar la elaboración o dar acabados.

¿Por qué redacto después de tomar las fotos? porque necesito tener claro si será posible para la mayoría de los usuarios el replicar las manualidades de la revista. Por ejemplo, para el número de Halloween haría una calabaza de fieltro emulando a las que decoran el Gran Salón, pero a medida que avanzaba en el proceso me di cuenta de que era muy complicado replicarla en algunos pasos esenciales, por lo que la descarté. Sin embargo puede observarse como elemento de ambientación al final.

El resto del proceso del Hazlo Tú Mismo es bien sencillo: pego las fotos en el documento del instructivo, lo subo a que se revise, y un corrector hace los cambios necesarios, desde formato, notas, ortografía, gramática y a veces hasta estilo. El maquetador lo traduce todo a un formato bonito. Un corrector que todo esté en orden y da el Visto Bueno para que se publique.

Al final, el proceso es sencillísimo: decidir qué manualidad hacer, reunir los materiales, encontrar un espacio para elaborarlo (y hacerle fotos, si se necesita), y si se quiere compartir con los demás, convertir en instrucciones cada acción que hicimos para elaborar nuestra manualidad.

¿Haces manualidades? ¿Qué proceso sigues?

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