miércoles, 19 de junio de 2013

Códigos y claves.

En este espacio publiqué distintos métodos de codificación de mensajes, para hacer de tus tarjetas de felicitación, tarjetas de San Valentín e incluso las notas que envías en clase todo un secreto que sólo tú y tu destinatario podrán leer.

El poeta.

Continuando con las celebraciones de este mes, les compartiré un método (romántico para algunos, cursi para otros) de ocultar mensajes. En realidad son dos métodos muy semejantes, pero muy sencillos (sobretodo si tienes esa habilidad de redactar poemas al tiempo que escribes, con versos perfectos *pluma a vuelapluma!*).

El método es muy simple: esconder un mensaje en un poema y la pista a tu destinatario será una clave numérica muy sencilla (pueden ser las cifras de su nacimiento o su numero telefónico).


Si tomamos como clave la fecha del 14 de febrero, la clave sería la siguiente: 1,4,2,1,2
Los números nos dejan mucho margen para componer versos cortos, que serían muy complicados de escribir si se usara como clave un número telefónico que lleve 9 u 8

Comencemos, pero esta vez usaré una porción pequeña del mensaje que he usado para esta serie de Códigos. En este caso, cada número en la clave nos indica la posición de la palabra:

No dejo de pensar en ti,
sufrir por ti es debilidad,
lo bueno que ha quedado atrás,
dejarse ocultar ya no podrá
por arrastrar tu falsedad.

Obviamente ya no he practicado mis habilidades en la composición de versos, y por eso éste ha quedado un poco extraño. Si lo leyera alguna persona que no tenga el código a la mano, difícilmente encontraría las palabras ocultas, a no ser que las remarcaras con otro color (como aquí), por lo que es un método muy confiable.

El segundo método es un poco menos confiable puesto que no oculta del todo las palabras, sino que las muestra en la primera posición de cada verso:

No tienes idea de cuanto te amo,
es doloroso mirar tu retrato
bueno ha sido ver sonreir a mi lado,
dejarse atraer hacia tu regazo,
arrastrar a tu vida éste, mi espacio.

Claro que pasa por un pequeño (y muy malo) poema, con un mensaje bien oculto, aunque tal vez te meta en muchos problemas para poder redactar un poema congruente sin que se note demasiado que estabas ocultando un mensaje entre las líneas.
 

Con libros


Para los amantes de la literatura, éste es un básico. El único inconveniente es que se necesita que emisor y receptor tengan el mismo libro, del cual estén seguros que no tiene cambios según la edición o reimpresión, pues esto será de vital importancia una vez se envíen los mensajes.
Como no tengo a la mano ningún libro de Harry Potter, y además son muy notorios los cambios según la edición, dejaré que cada uno lo interprete, y si surgieran dudas, por medio de lechuza las resolvería.
El mensaje que se enviaría consistirá en una lista conformada por tantas lineas como palabras tenga nuestro mensaje.
Cada linea se conformará por tres números separados por un punto:
- El primer número se refiere al número de página del libro en que se encuentra la palabra.
- El segundo número se refiere al número de párrafo dentro de esa página.
- El tercer número se refiere al número de palabra dentro de ese párrafo.

Por ejemplo, si usaramos el libro de Harry Potter y la Cámara de los Secretos (hipotéticamente, pues en realidad no tengo los libros a la mano, así que segurmente no correspondan las palabras con los numeros), y usando el mismo mensaje que he estado usando para esta serie de Códigos, el mensaje a enviar quedaría así:
No                              2.4.15     <-- Página 2, párrafo 4, palabra 15
es
                                5.2.20
bueno       
               12.8
dejarse    
                 36.1.1
arrastrar 
               6.5.9
por            
                 8.8.1
los              
               42.4.2
sueños      
               42.4.3
y                  
               13.2.4
olvidarse  
               12.3.3
de               
               1.5.15
vivir           
               85.5.23
recuérdalo
             11.1.13

Lo único que enviarías sería la lista de números, y la tarea del receptor del mensaje sería encontrar las palabras en el orden preciso que le marcan los números. Obviamente debes informarle a que corresponde cada número para que sea más fácil de descifrar.

El cartón perforado


El siguiente método es más efectivo si se escribe a mano, pero uno siempre se las puede apañar con los procesadores de palabras (los programas de ofimática que utilizas en tu computador/computadora/ordenador). Consiste en un cartón (bueno, un par de cartones) con perforaciones estratégicas en diferentes secciones, que sirve para dos cosas: codificar y descifrar.

Para ejemplificarlo y seguir con la secuencia, usaremos la misma frase que he utilizado para los otros métodos. Puedes separar la frase por grupos de palabras para facilitar al destinatario su lectura. (¿a que sería genial que así se hubiesen codificado los mensajes de La Orden del Fénix?)

Una vez que tengas las palabras separadas por grupos, mide las palabras para sacar las dimensiones necesarias para recortar al azar en tu cartón pequeñas ventanas.
(que servirán para que se pueda leer únicamente el mensaje oculto, adelante quedará un poco más claro este punto). Debes basarte en una hoja de papel de los que usas en los cuadernos escolares, que ya vienen pre-rayados para que al ocultar tu mensaje puedas disimular un poco más.



Al tener tu cartón (cartones, porque le entregarás previamente uno a el destinatario, que debe ser idéntico al tuyo), colócalo sobre el papel en que escribirás tu mensaje, cuidando que quede bien alineado, para que tu mensaje no quede inclinado ni sea tan obvio.


Escribe las palabras que correspondan a cada ventana sobre el papel (el cartón es tu guía), y una vez que termines, retira el cartón. Quedarán palabras acomodadas al azar. Ahora el siguiente paso es redactar un texto (puedes usar un lápiz, sin remarcar mucho las palabras y después usar tinta para escribir el texto definitivo) para que tus palabras queden escondidas. Puedes practicar un poco antes de hacer tu mensaje definitivo.


Ahora solo resta enviar tu mensaje, que sólo será visible para la persona que tenga el carrtón exacto.


Cifrado de Julio César.

¿Ves algo que te suene familiar? Los dos primeros métodos de cifrado comparten nombre, pero no comparten el procedimiento. Para este método, menos complicado que La Rejilla del César, se necesitan dos cosas: un mensaje y el alfabeto.
Lo primero que se hace, es redactar un mensaje. Para éste tipo de codificación no hace falta eliminar espacios ni signos de puntuación, pues al codificar quedarán palabras poco comprensibles. Para dar un poco de secuencia usaré la misma frase que utilicé para el método anterior.

"No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir, recuérdalo"
El siguiente paso consiste en elegir un número y una dirección (adelante/atrás), que tendrás que acordar previamente con el destinatario, y que será la clave para descifrar el mensaje.
Teniendo estas dos cosas puedes proceder a codificar tu mensaje. La forma en que se hará será de la siguiente manera:

Suponiendo que el número es 2 y la dirección es "adelante", entonces la primer letra del mensaje sería "O" pues el número y la dirección nos indican que recorreremos la letra 2 lugares hacia adelante estamos considerando un alfabeto en el que la Ñ se encuentra en orden antes de la O. En este caso, nuestra frase quedaría de la siguiente forma:


"Oq gu dwgoq fglctug cttcuvtct rqt nqu uwgpqu a qnxkfctug fg xkxkt, tgewgtfcnq"

Puedes aumentar la complejidad si utilizas como número la fecha de tu cumpleaños, es decir, si naciste el 31 de julio de 1980, la primer letra se recorrería 3 posiciones, la segunda 1, la tercera 7, la cuarta 1, la quinta 9, la sexta 8 y la séptima no se recorrería. A partir de la octava letra de tu frase se volvería a empezar a recorrer las letras según se hizo con las primeras.

Así que, ya lo sabes, ahora puedes hacer pasar mensajes muy importantes desapercibidos si los encriptas, y hacerlos pasar como frases en otro idioma! Recuerda siempre ponerte de acuerdo con el destinatario previamente sobre los números y direcciones para que no dejes indicios sobre el papel en que envías tu mensaje encriptado.


La rejilla del César


Se cuenta (en uno de los tantos libros de la biblioteca) que en tiempos del César se usaban códigos secretos para enviar los mensajes, que a simple vista eran un galimatías sin pies ni cabeza, pero si se tenía a la mano un dispositivo previamente acordado, se podría leer claramente y sin mayor problema aquel secreto tan poderoso que nadie debía conocer.

No sabemos mucho acerca de los códigos utilizados en la Gran Guerra contra el Señor tenebroso, pero estoy seguro de que no utilizaron un artilugio tan muggle como éste.
Si te atreves a elaborarlo, te aseguro montones de diversión (o un detalle romántico que quedará como un buen recuerdo para tu pareja).

Solamente debes seguir estos sencillos pasos para codificar tus mensajes y tener montones de diversión.

1. Redacta, en la forma que decidas (prosa o verso), el mensaje que encriptarás para que lo descifre la persona a la que lo diriges. Asegúrate de que el número de letras (sin contar espacios o signos de puntuación) den como total un cuadrado perfecto, es decir, un número que tenga raíz cuadrada exacta.
Casualmente, la siguiente frase cumple con los requisitos:
"No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir, recuérdalo"
2. Partiendo de ese dato, en un papel cuadriculado traza un cuadrado en el que deberán caber exactamente todas las letras de tu mensaje. Transcribe tu mensaje colocando una letra en cada celda de la cuadrícula, de izquierda a derecha o de arriba a abajo. En mi caso será un cuadrado de 8 x 8:


3. Al terminar de transcribir, tu mensaje quedará codificado, pues el siguiente paso es copiar los bloques enteros de letras, dividiéndolos de forma que semejen palabras, agregando espacios y puntos, para que cualquiera que lo vea no pueda leerlo. La forma de hacerlo debe ser la contraria a la que usaste para rellenar la rejilla, es decir, si la rellenaste de izquierda a derecha, deberás copiar de arriba a abajo (tal como lo hice con mi mensaje). Así quedaría mi mensaje:

NO ARUVEC ODRPE IVU E EROÑDIE SJAROA VR BALSRID UR TOYS RA ESRSO ERL NEASL DEO


4. La persona a la que envies tu mensaje deberá tener al menos una pista: el número de letras, o una rejilla igual a la que usaste para codificar el mensaje:


Simplemente debe rellenar los espacios con las letras del mensaje, y podrá leer aquel mensaje secreto.

Ahora ya sabes: puedes hacer pensar a tus amigos en su próximo cumpleaños (y romperse la cabeza resolviéndolo).

Puedes variar el procedimiento si consideras los signos de puntuacion y los espacios dentro de la cuenta, antes de hacer la cuadrícula, pero deberás enviarle a tu víctima bien señalados esos espacios (con las comas y los puntos, o con la celda rellena completamente en color negro) para que no se confunda una vez los transcriba.


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